lunes, 29 de octubre de 2007

Alrededor de las últimas elecciones en Bogotá

Hay mucho por hacer.
Pero sobretodo, por decir.
Hay cosas que están cambiando sustancial y formalmente, y hay que decirlas, hablar claro, con otros términos.

¡No más macartismo en el discurso revolucionario, cambiante o transformador!

Inconformidad no puede ser sinónimo de necesidad de comodidad y nuestros líderes de "izquierda" -que es más centro que otra cosa- están en ese plan: acomodados, pasándola chévere en nombre de la lucha popular, progresista.

El Partido Comunista y su JUCO, el MOIR (Movimiento OBRERO Independiente REVOLUCIONARIO) dirigido por el oligarca "consciente" de Jorge Robledo y en fin, esos movimientos mamertos que en realidad no quieren ninguna revolución: Viven a costillas de la lucha que ellos supuestamente defienden y reivindican, es una completa incoherencia.

La izquierda colombiana que proviene de esos sectores no ha hecho otra cosa que hacerle el juego a la oligarquía colombiana a lo largo de más de tres décadas, cuando menos.

Al sistema político colombiano le importa poco o nada que quede o no quede Samuel Moreno Rojas como alcalde de Bogotá.

No le interesa en absoluto.

Porque el proyecto de Visión de Bogotá, dirigido por Mockus (presentado en 1994) y ejecutado por Peñalosa en alcaldías anteriores está hecho para el 2014 y ya estamos a más de la mitad del plazo de tiempo y el proyecto ya está hecho.

Está destinado entre otras cosas, para convertir a Bogotá en una capital competitiva en términos de comercio exterior, de Tratado de Libre Comercio (el pactado ya con Estados Unidos y bajo los términos de ellos), y beneficios comerciales para Bogotá con respecto a las demás ciudades de fuera de Cundinamarca, porque es una visión de ciudad-región.

Ello explica por ejemplo la construcción de algunas vías como la Longitudinal del Occidente.
Son vías de acceso para mercancías hacia todo el país, para que Bogotá se convierta en receptora de mercancías por los ríos. Y no es casualidad que sea por ríos, pues el fluvial es el flete más barato y Bogotá va a tener acceso a ese flete.

El problema es que esas ganancias se van a ir a otros lados porque para eso necesitaron privatizar muchos servicios e incluso, reservas del Distrito.

Privatizar un servicio, es una completa incoherencia, una insensatez. Hace parte este concepto –el de la Privatización de lo Público- de una escuela determinada del conocimiento tecnocrático –representado fielmente por Enrique Peñalosa- conocida como “Nueva Gestión de lo Público”, dominada por claros intereses dominantes, Neomedievalistas curiosamente. Ahí hay desarrollo de la ideología del Capital, que se contrapone al interés general del pueblo bogotano en particular y colombiano en general. Es a costa del atropello de derechos que se está armando la pirámide competitiva de nuestra ciudad capital, la de todos. Bueno la que era de todos. O la que será de todos, más adelante.

No tiene entonces una relevancia mayor que haya ganado Moreno: la ciudad está en marcha hacia su propia ejecución. Está comprando la bala con que se disparará finalmente.

Es importante incluso para los beneficios del modelo neoliberal que representa para bien o para mal nuestro presidente Álvaro Uribe Vélez. Y es importante en muchos términos: legitimidad, pulcritud, imagen internacional, confiabilidad para inversionistas. Así pueden decir que acá sí hay democracia participativa y pluralista. Claro, la hay porque no representa mayores peligros para sus planteamientos políticos y económicos.

Lucho Garzón prometió muchas cosas un poco más que reformistas, atrevidamente podríamos decir que revolucionarias y no las cumplió y le tocó bajar la cabeza.

Porque el sistema ya está armado, su presencia es casi una circunstancia de menor importancia,
entonces dedica recursos a darle pan y leche a los pobres para quedar bien en la clase popular
y seguir ganando popularidad en busca de un objetivo personal, de ego: la Presidencia de la República en 2010. O yo me pregunto: ¿Dónde está el nuevo Presupuesto Participativo que prometió Lucho el 1º de Enero del año 2004?

Ahí podemos evidenciar que no hay lucha coherente entre lo que necesita la gente y lo que ejecuta la clase dirigente.


Ni siquiera lo que representa el Polo Democrático Alternativo, que se muestra como una opción verdaderamente alternativa que produce poderosas alineaciones para desmantelar la inconformidad y convertirla en una realidad incluyente y verdaderamente participativa. Finalmente, hemos vivido de cerca cómo sigue siendo un mecanismo meramente electoral, que no se preocupa por ninguna transformación relevante, trascendental.

Tendremos que hablar entonces de la Unidad desde otros puntos de vista, políticos igualmente, pero a nivel de estudiantes, académicos, trabajadores de todo tipo. Abolir el lenguaje trasnochado y entender que la Revolución es necesaria, pero para lograrla, tendremos que empezar a hacer una revolución de lenguaje, incluso rebatiendo antiguos términos, trazados alrededor de una lucha clara y evidente, pero diferente.


Los actos revolucionarios deben estar impregnados de pensamiento re-flexionado y de exploración del lenguaje como una forma amplia que podemos y debemos utilizar y desarrollar, en pos de la consolidación de un conglomerado de sueños incluso, pero impregnados de conocimiento, de letras, de arte, de visiones, de enfoques, de tirar para el mismo lado. Pero tenemos que descubrir cuál es la mejor forma y cuál es el lado para el que tenemos que tirar y preguntarnos cómo lo vamos a hacer.


(Id"V".)

1 comentario:

Santiago Jiménez Ramírez dijo...

Severo meterse con la verdad. Si le ayuda, píllese todos los sonidos verdaderos de su ciudad, ahí está la verdad que yo comprendo mejor. La verdad que suena. Que se suena, sniff, sniff, sniff.